sábado, 10 de octubre de 2009

Ejecutado en forma sádica

Por Manuel Cordero
Tijuana.- De manera sádica e inhumana fue ejecutado Rogelio Sánchez Jiménez, de 44 años de edad, el funcionario estatal que la mañana del miércoles fue "levantado" por integrantes del crimen organizado y cuyo cuerpo apareciera el día de ayer atado del cuello con una cuerda sujeta de un puente, con huellas de tortura y castrado.
El espeluznante espectáculo nunca antes visto en la historia criminal de Tijuana, se registró pasadas las 05:00 horas de ayer y los conductores no daban crédito a lo que miraban, al contemplar el cuerpo desnudo, suspendido en el aire, con los genitales atados al lado izquierdo de su cuello y con un macabro rictus de dolor en lo que quedaba descubierto de su rostro.
Y es que la víctima mostraba la cabeza cubierta con vendas elásticas y encima de éstas cinta adhesiva, con múltiples hematomas por golpes y heridas de arma punzocortante y resaltaba la severa herida en el lugar en donde se encontraban sus genitales, lo que hace deducir la maldad que utilizaron los sicarios para ultimarlo.
Los restos de quien fungía como jefe de expedición de Licencias y Placas de la oficina de Recaudación de Rentas del Estado fue descubierto con una soga anudada al cuello y amarrada al tubo del puente del "Distribuidor Morelos", ubicado en el bulevar Cuauhtémoc Sur, entre la colonia Aguaje de la Tuna y Panamericano, en la delegación San Antonio de los Buenos.
Específicamente, a cuando mucho 100 metros de la entrada a las instalaciones militares del 28 Batallón de Infantería, fue dejado ahí como una burla, falta de respeto y temor a los elementos castrenses por parte de los desalmados criminales.
Se sabe que el cadáver fue hallado por dos automovilistas que detuvieron la marcha de forma abrupta debido a que fue dejado a uno metro 40 centímetros por encima de la cinta asfáltica, en los carriles de circulación de Playas de Rosarito hacia Tijuana.
Detrás de éstos transitaba una patrulla de la Policía Municipal que les indicó que reiniciaran la marcha y al no acatar la instrucción descendieron los uniformados y darse cuanta de que los dos estaban "congelados" ante el grotesco espectáculo.
Información proporcionada por la Procuraduría General de Justicia anota que el cadáver de Rogelio Sánchez pendía de una cuerda de plástico de ocho metros de largo y como huellas de violencia física mostraba "heridas cortantes en diversas partes del cuerpo y en el área genital".
Llamó la atención el hecho de que en el pavimento quedó un extenso charco de líquido hemático, lo que hace presumir que aún contaba con vida al momento de que lo lanzaron al vacío los criminales.
Momentos después arribó personal del Cuerpo de Bomberos quienes efectuaron las maniobras para recuperar el cadáver y luego de que el agente del Ministerio Público del Fuero Común llevó a cabo las diligencias de rigor, dispuso que fuera ingresado a la morgue del Servicio Médico Forense para la necropsia de ley.
Se obtuvo que posteriormente elementos del Ejército Mexicano se apersonaron en las instalaciones mortuorias para imprimir fotografías del cuerpo del finado, cuya muerte pasará como uno de los casos más virulentos de que se tenga memoria en la historia delincuencial de Tijuana, debido al sadismo de los criminales.
Para la Procuraduría General de Justicia la ejecución del funcionario estatal se derivó de su trabajo en el que, aparentemente, se relacionó con personas involucradas en actividades ilícitas, pero sin aportar mayores detalles al respecto.
Informó que de ahí surgió la única línea de investigación que se sigue hasta el momento, ya que las pesquisas preliminares establecieron irregularidades en la oficina que encabezaba y en la que se encontró la expedición de licencias a "malandros", como lo calificó oficialmente.
Aunque en forma extraoficial los investigadores confiaron a este diario que entre esos "malandros" se encontraba Teodoro García Simental, alias "El Tres Letras" y/o "El Teo", a quien le extendió uno de los documentos bajo un alias y la fotografía fue filtrada al Semanario Zeta que la difundió en la portada en su pasada edición.
Razón por la que se presume que fue éste quien ordenó el "levantón" que se perpetró a las 07:30 horas del miércoles cuando Rogelio Sánchez, junto con su hija de 20 años, a bordo de un automóvil transitaba sobre la calle Popocatépetl, del fraccionamiento La Sierra, en la periferia de la zona central.
De forma deliberada el chofer de una vagoneta Chrysler lo chocó por alcance en la parte posterior y al descender se le abalanzaron tres sujetos que con lujo de violencia lo abordaron y finalmente su cuerpo fue descubierto ayer en las condiciones antes descritas. Fuente El Sol de Tijuana

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